Criaturas salvajes: Dante y Crisol

Dante y Crisol son pareja desde hace más de diez años. En mi cosmogonía ocupan el lugar de dos criaturas nacidas del deseo carnal porque si algo les define es su apetito por otras personas y su intención de satisfacerlo continuamente.

Su aspecto además es tremendamente atractivo para mí. Dante, pese a su nombre latino, es rubio, con una densidad capilar envidiable y con aspecto de motero californiano. Ancho de espaldas y con una presencia física que impone. Sin embargo lo que más me fascina de él es su forma de hablar. Sin prisas. Con un vocabulario extenso. Quizá hasta pedante y a veces excesivo. Dante, hace honor a su nombre y es un maestro de la palabra. La usa como herramienta embaucadora. Crisol es pequeña y con las curvas muy bien definidas. Igual que Dante está llena de tatuajes. Como durante unos años pretendía ser suicide girl tiene más que nosotros dos juntos. Además sus dilataciones son enormes. Crisol es una fuerza de la naturaleza. No conoce los grises y tiene un círculo de confianza muy marcado. Discute y quiere a un volumen altísimo. Se sabe con muchos ojos mirándola y lejos de abrumarse se siente muy cómoda provocando todas esas miradas. Siente la necesidad constante de hablar de su libido y como la satisface. Imagino que algo exagerará pero sus relatos tienen mucho de natural y cotidiano lo que la hace aún más seductora por la ausencia de impostura.

Su relación es abierta. Cuando les conocí hablaban todo el rato de Liberia. Me contaron que hubo un tiempo, antes de conocerles, que llegaron a vivir los tres juntos. Compartían todo con ella: el dinero, los sueños, el amor y, sobre todo, el sexo. Aquella chica les tenía muy enganchados pero no acabó bien. Quedaron con el corazón roto cuando se truncó la relación y desde entonces solo buscan a una tercera persona de forma esporádica.

Creo que todas tienen algo que les recuerda a Liberia.

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